Desde el comienzo de los videojuegos han habido juegos cuya intención era juntar a un grupo de amigos en una misma habitación para una competencia épica por ser el mejor.
Al principio eran solamente dos jugadores, lo que no era muy épico, y uno sentía que el creador de la consola pensaba que solamente teníamos un amigo (a veces tenía razón) y causaba que siempre haya alrededor de 3 personas afuera esperando su turno. Después Nintendo entendió de que se trataba y sacó la N64 con 4 controles y los primeros Mario Party. Lo que llevó a juntarse a la salida del liceo (escuela o lo que sea) en la casa de uno a jugar algún juego que permita 4 jugadores, como los Mario Party, Mario Kart, Golden Eye, Perfect Dark, etc.
La era dorada de los Party Games, cuando la gente tenía que reunirse para poder jugar. Siempre conllevaba a la compra de comida chatarra para la ocasión, era todo un ritual que culminaba en horas y horas jugando entre todos compitiendo por ser el mejor de los 4, o el mejor equipo de 2. No existían los trolls que se ocultaban tras de un micrófono en otra parte del mundo, acá uno podía hablar directamente con sus contrincantes y la batalla era un encuentro épico entre viejos contrincantes (actualmente estoy escuchando Two Steps From Hell e intensifica todo, jeje).
Después del Gamecube, Nintendo se dio cuenta de que no había mucha innovación desde los Parties de N64, habían agregado el micrófono y el joystick era mucho más cómodo que el anterior, pero además no había mucho cambio. Entonces decidió ir revolucionario y sacó los controles con acelerómetros de la Wii, lo que llevó el Party Gaming a un nuevo nivel.
Aparecieron juegos que permitieron más de 4 jugadores, o la opción de jugar de a 4 teniendo menos controles intercambiando controles por turnos. Además los juegos son mucho más entretenidos de a varios con la inclusión de los movimientos. Obviamente también está la posibilidad de jugar online, pero los party games hay que jugarlos con amigos si realmente se quieren disfrutar.
Hoy en día, esas épicas batallas en grupos de amigos que habían comenzado con la N64 continúan, ahora agregando el movimiento como factor crítico de los juegos. Actualmente uno puede tener una épica batalla simulada en la vida real con el movimiento si se quiere (una muy buena manera de decidir por ejemplo quien se queda con un personaje de un juego de rol).
Y el ritual continúa, en el campo de batalla del living se reúnen antiguos contrincantes en un encuentro para decidir quien es el mejor, entre papitas, maní, queso y salame. Es algo que no cambiaría por nada, y le demuestra a aquellos que tienen esos prejuicios de que un gamer es un ser antisocial, lo contrario.
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